
Muestra temporal
MAscaras. Memorias, relatos y vInculos
Una tradición tallada en madera
La madera, presente en los bosques de nuestra región, ha sido moldeada por artesanos para crear máscaras de insólita expresividad y simbolismo. Se trabaja con herramientas sencillas para tallar, pulir y pintar, se convierte en soporte de rostros híbridos, animales míticos y figuras rituales que cuentan historias de resistencia y celebración.
Esta exposición forma parte de la colección de Eco. Claudio Rama y llega al MUMA gracias a la colaboración del Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI).
Diversidad regional y técnicas ancestrales
- Mesoamérica (México, Guatemala, El Salvador): las tradiciones de Diablos y Moros y Cristianos reflejan el sincretismo cultural a través de máscaras festivas, coloreadas con pigmentos naturales.
- Andes (Ecuador, Perú): desde los monos de Cotopaxi hasta la Huaconada de Mito, las máscaras se repintan en cada ciclo festivo, recordando la conexión con la tierra y el mito.
- Centroamérica (Nicaragua): los diablitos tallados en maderas locales participan en procesiones llenas de música y danza.
- Cono Sur (Paraguay, Bolivia): en las zonas boscosas, la madera nativa da forma a piezas de profunda carga simbólica, mientras que en regiones sin árboles, predominan máscaras de cuero o fibra vegetal.
- Seres Híbridos: Mitad humano, mitad animal, evocan leyendas que explican la relación entre el hombre y la naturaleza.
- Anticolonial: Figuras de diablo o moros que, con humor e ironía, ralentizan el paso de la conquista.
- Rituales de renovación: Máscaras que renacen con cada pintura, marcando la continuidad de tradiciones milenarias.
- Durabilidad: Resisten el paso del tiempo y se reutilizan generación tras generación.
- Versatilidad: Se tallan con herramientas simples y acogen apliques móviles.
- Belleza natural: Las vetas y texturas aportan una dimensión estética única.
Viaja por América Latina a través de nuestra galería virtual y descubre cómo la madera se convierte en espejo de creencias y festejos. Cada máscara guarda un relato: de comunidades, de bosques y de encuentros que perduran más allá de la mirada.