La Colección Solum Donas, con más de 300 esculturas en madera, reúne piezas talladas en una amplia variedad de especies —ciprés, lapacho, algarrobo, urunday y otras maderas locales y foráneas— para conformar un bosque monumental. Cada ejemplar ofrece características propias: vetas que serpentean en la superficie, contrastes de color y densidad que se perciben al tacto, y formas que evocan tanto siluetas orgánicas como abstracciones escultóricas. El visitante se adentra en un entorno sin caminos preestablecidos, invitado a calibrar sus pasos, detenerse ante una escultura o rodear un conjunto, descubriendo en cada ángulo un detalle inesperado.

El recorrido está diseñado para despertar la curiosidad y el juego: asomarse a pequeños claros donde las piezas se despliegan a nivel de suelo, explorar alturas variables que modifican la perspectiva, y captar la resonancia visual de un “bosque” que funciona tanto como paisaje como sala de exposición. La experiencia se concibe como un ejercicio de exploración lúdica: los usuarios definen su propio itinerario, compaginando la contemplación pausada con el impulso de recorrer franjas sucesivas de esculturas. En este territorio híbrido, la madera se revela en toda su riqueza sensorial, animando al público a trazar conexiones personales entre materialidad, forma y memoria.

Sala Permanente

Curaduría: Verónica Cordeiro

Montaje: Niklaus Strobel